Hace tiempo que se sabe que beber alcohol y fumar tabaco en el embarazo puede ocasionar daños en el futuro bebé a corto y largo plazo. Aun así, muchas madres y padres piensan que si se consume en cantidades pequeñas, no hay riesgo, por lo cual es importante recordar sus peligrosos efectos. Y es que unos estudios recientes sobre la afectación del consumo del tabaco y el alcohol en el feto encontraron que hasta las cantidades más bajas de alcohol y tabaco en el embarazo pueden afectar el desarrollo cerebral del niño.
El estudio publicado a la revista JAMA Pediatrics elaborado por un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia a Nueva York analizó los efectos de diferentes cantidades de alcohol y tabaco durante el embarazo y concluyeron que no existe ninguna cantidad segura. Esta es la primera investigación que muestra que cualquier nivel de alcohol en el embarazo puede alterar la actividad cerebral del niño, independientemente de si se consumió solo en el primer trimestre, si se consumió en niveles bajos durante el embarazo o si se consumió de forma regular en toda la gestación. En todos los casos afectan el bebé.
Con relación al consumo de tabaco, puesto que al estudio se supervisaron los efectos de las dos sustancias tóxicas en los bebés a través de electroencefalogramas, además de efectos sobre el cerebro, no se ha encontrado ninguna cantidad de consumo de tabaco segura durante el embarazo, por el que lo más recomendable es evitarlo totalmente.