Prioridades en las diferentes etapas de la vida

Cada etapa de la vida tiene unas prioridades en función de un montón de aspectos

Dicen los expertos que para ir por la vida, es importante tener claras qué son nuestras prioridades. En cualquier ámbito: en el personal, en el laboral y en el familiar. Y que para entender mejor a las personas que nos rodean (hijos y alumnos incluidos) es bueno conocer cuáles son sus prioridades en función de su realidad y del momento vital en que se encuentran.


Según esto es importante saber que las prioridades de cada cual varían en función de un montón de aspectos. Así hay que tener en cuenta los factores externos, porque son muy relevantes y por bien o por mal nos influencian directamente en nuestra vida. Entre ellos hay que destacar la salud, el entorno donde vivimos, la estabilidad de nuestro hogar, las creencias familiares o el lugar donde nacemos que también condicionarán nuestro crecimiento, nuestras prioridades y nuestra manera de vivir y entender la vida.


Pero hoy nos centraremos en los factores universales que forman parte de la esencia humana configurando nuestras prioridades en diferentes momentos de la vida. Según los expertos, son disparos característicos comunes que se dan de igual manera en cualquier circunstancia, sea qué sea el origen familiar, cultural o ambiental de las personas y que de alguna manera nos unifican a todos.


1a etapa / PRIMERA INFANCIA: Aproximadamente hasta los 6 años.
En esta etapa las criaturas sanas tienen básicamente dos prioridades: tener sus necesidades básicas cubiertas (nutrición, higiene y comodidad) y explorar su psicomotricidad (el descubrimiento del cuerpo, manipular, andar). En esta fase, a nivel de relaciones, los padres son su prioridad emocional principal. Las interacciones con iguales por ellos no tienen la misma importancia.


2a etapa / SEGUNDA INFANCIA: Aproximadamente hasta los 12 años.
Las dos prioridades más relevantes de esta fase consisten a relacionarse con los iguales y divertirse. Es la mejor época para aprender cosas, dado que la capacidad cognitiva está en pleno desarrollo. En esta fase, a nivel de relaciones, los padres siguen siendo su prioridad emocional, pero el peso de las relaciones con sus iguales empieza a aumentar de forma progresiva provocando males de jefas y momentos de mucha felicidad.


3a etapa / ADOLESCENCIA: Aproximadamente hasta los 19 años.
Las máximas prioridades de esta etapa consisten a dar respuesta al desarrollo hormonal y los sentimientos que genera el descubrimiento del sexo. Es la etapa más convulsa a nivel familiar. Emocionalmente los padres no sólo dejan de ser una prioridad sino que pasan a convertirse en una molestia y las relaciones entre iguales son las que dan sentido a la existencia.


4a etapa / JUVENTUD: Aproximadamente hasta los 30
Momento de grandes decisiones. Teóricamente la mente se va situando y las prioridades se centran a encontrar un lugar en la vida en todos los niveles. Es la etapa donde las prioridades empiezan a ser más variadas en función de los intereses de cada cual. Hay quién quiere viajar, quien quiere encontrar pareja, quien persigue un sueño profesional, quien pretende ser famoso... En definitiva, se define el tipo de vida que uno quiere traer y se intenta actuar en consecuencia. La relación con los padres mejora, pero la vida familiar no resulta prioritaria.


5a etapa / VIDA ADULTA

Aproximadamente a partir de los 30 y hasta los 65 (momento en que supuestamente se para la vida laboral). Es una etapa larga, de momentos muy diferentes porque las décadas de los 30, 40 o 50 nada tienen que ver entre ellas. Es una época en la cual normalmente se busca una estabilidad que no siempre se consigue. En algunos casos, la maternidad pasa a ser una gran prioridad, a pesar de que en otras, esta queda relegada a un segundo término porque hay quién da mucha más importancia a la vida personal y profesional y no quiere depender de vínculos tan intensos como los que suponen una vida familiar. Nos interesa progresar económicamente y sentirnos realizados con el que hagamos.


6a etapa / VEJEZ
Es la etapa donde se desean las cosas más sencillas y donde se disfrutan las cosas mucho más insignificantes. Si se tienen nietos, una de las prioridades principales es verlos crecer. Pero básicamente, conseguir dejar la vida laboral con ciertas comodidades, disfrutar de más tiempo libre y vivir sin presiones son, según una encuesta, las máximas prioridades de la gente de esta edad.

Con la relación con nuestros hijos a veces se nos olvidan sus prioridades. Y fuera bueno que hiciéramos memoria y pensamos en cómo éramos nosotros y que pensábamos de nuestros padres cuando teníamos su edad. Quizás si hiciéramos este ejercicio de forma más habitual, recordaríamos cuáles eran nuestras prioridades a la edad que tienen ahora ellos y la convivencia sería más fácil.

Una de las cosas que aprendemos a medida que nos vamos tirando grandes, es precisamente a no dar tanta importancia a cosas que sabemos que después dejarán de tenerla, porque la experiencia nos demuestra que las cosas que más nos preocupan en un momento dado pasan a un segundo término cuando nuestras prioridades cambian. Es por eso, que hay que enseñar a niños, adolescentes y jóvenes que las prioridades de cada momento vital son importantes, pero que todo es relativo y que no hay que dramatizar por cosas que, con el paso del tiempo, a buen seguro verán de otro modo.