El presupuesto, la clave de la tranquilidad

Esta es una idea que intento siempre transmitir a mis clientes: tener un presupuesto es la clave de la tranquilidad. De hecho, cuando los ingresos previstos superan los pagos, sabemos que si cumplimos con estas cifras a final de año cuadrarán los números y habremos hecho aquello que habíamos planificado. Y, no es esto el que queremos?

Por el contrario, cuando el flujo monetario que prevemos que entre no llega a dar cobertura a todo aquello que queremos pagar, no queda más remedio que buscar soluciones. A nivel elemental, las opciones son:

- Recortar pagos

- Incrementar ingresos

- Endeudarnos (opción muy poco recomendable si este déficit se va repitiendo)

- Vender propiedades o gastar ahorros, si tenemos de disponibles (el que equivale a empobrecernos).

A pesar de que puesto sobre el papel es sencillo, la experiencia demuestra que todos los problemas se ven mejor desde fuera y dedicando un tiempo para analizarlos que no cuando estás en medio del día a día. Pedir una ayuda externa e independiente para tomar conciencia es una muy buena decisión.

Un caso especial es cuando nos ponemos a hacer números y los ingresos anuales superan las salidas de dinero, pero resulta que incluso así tenemos la sensación que vamos muy justos o, sencillamente, bastante antes de final de mes nos vemos obligados a aplazar pagos o endeudarnos porque a la cuenta corriendo no queda nada.

En esta situación, es muy recomendable profundizar algo más y buscar un equilibrio financiero mensual. Sólo nos quedaremos tranquilos si, durante un año a partir del momento que hacemos el análisis, conseguimos que, mes a mes, las entradas de dinero estén por encima de los pagos. Para hacerlo, nos habrá que preparar una pequeña hoja de cálculo que lo recoja. Esta es la manera que trabaja cualquier empresa con cara y ojos, y, si a nivel doméstico vamos justos, no queda más remedio que operar del mismo modo.

Vemos a continuación qué formato tendría que tener la hoja de cálculo en cuestión:

Fijémonos que se detecta que nos faltarán dinero durante el segundo mes. Un golpe sabemos esto, sólo hay que poner remedio. Nos sirve cualquier de las soluciones que mencionábamos más arriba para arreglar un déficit anual, y podemos añadir otros, como por ejemplo:

- Atrasar algún pago

- Avanzar algún cobro (por ejemplo, podemos pedir un anticipo al trabajo?)

- Pedir dinero temporalmente a alguien

Un presupuesto mensual que cuadre tiene la ventaja que sabemos que si todo se cumple podemos pagar el que atrasamos o volver el que nos dejen en una fecha determinada (en el momento que tengamos superávit, a nuestro ejemplo en el tercer mes). Y esto da mucha tranquilidad, oi?

Un golpe tenemos la situación controlada, cuando tenemos una previsión mensual hecho y asumible, todo es más sencillo. Además, hacer un ejercicio de este tipo no sólo es útil cuando vamos justos de dinero, sino en cualquier situación en la que queramos obtener el máximo de nuestros recursos. O no es más fácil comprometernos a ahorrar mensualmente en algún producto financiero cuando las cifras nos dicen que podemos hacerlo?