El peligro de la resistencia a los antibióticos

El perill de la resistència als antibiòtics i com evitar-ho- Pares i Nens

Cada invierno el mismo: Resfriados, dolores de garganta e infecciones víricas!

Hoy en día se habla mucho del peligro de abusar de los antibióticos, pero todavía hay padres que esperan que el pediatra recete un antibiótico al niño cada vez que tiene fiebre. Se quedan extrañados, e incluso enfadados cuando salen de la consulta sin nada. A la cabeza y el fin, todos queremos que el niño se recupere el más bien posible! Pero probablemente el pediatra que no receta el antibiótico si no es necesario los está haciendo un favor.

Para que se utilizan los antibióticos?

Seguro que alguna vez os han explicado que hay dos tipos diferentes de gérmenes: los virus y las bacterias. Los dos tipo de gérmenes pueden causar enfermedades con síntomas similares pero también tienen características generales que los diferencian:

Las bacterias son microorganismos vivos e independientes. Muchos de ellos son beneficiosos por nuestro organismo y nos protegen, como los que tenemos a la piel, o los que nos ayudan a hacer la digestión y que tenemos a miles en la tripa. Pero algunas bacterias son nocivas y pueden provocar enfermedades. Lo hacen invadiendo el cuerpo humano, multiplicándose e interfiriendo en los procesos normales del organismo. Los antibióticos sólo son eficaces contra las bacterias: los matan e impiden que crezcan y se reproduzcan. Las bacterias son los responsables de infecciones de orina, otitis, pulmonies, meningitis, infecciones de los huesos, sepsis (infecciones a la sangre) y otras enfermedades graves.

En cambio, los virus no pueden existir de manera independiente. Son partículas que contienen material genético envuelto en una cubierta proteica y sólo pueden crecer y reproducirse después de haber invadido células vivas. Las nuestras defensas son capaces de combatir algunos virus antes de que provoquen la enfermedad, pero hay otros virus (como los del resfriado), que un golpe han provocado la enfermedad tienen que seguir su curso y poco podemos hacer además de tratar los síntomas que dan, como la fiebre y/o el malestar. Los antibióticos no son capaces de combatir los virus. Los virus son los responsables de los resfriados, la gripe, algunas bronquitis, gastroenteritis, otitis, faringitis, enfermedades infantiles que s´acompañan de erupción a la piel y otras enfermedades infantiles leves.

Los antibióticos s´utilizan desde la década del 1940 y constituyen, sin lugar a dudas, uno de los grandes adelantos de la Medicina, pero sólo son útiles para tratar las infecciones causadas por bacterias.

Por qué es perjudicial abusar de los antibióticos?

El mal uso de los antibióticos ha dado lugar al desarrollo de bacterias resistentes, es decir, bacterias que ya no responden a los antibióticos que los combatían en el pasado. Tomar antibióticos por resfriados u otras enfermedades de origen viral no sólo no cura el resfriado sino que, con el tiempo, esta práctica facilita el desarrollo de bacterias resistentes.

L´uso frecuente e inadecuado de los antibióticos hace cambiar las bacterias, intentan esmunyir-se de los antibióticos creando mecanismos para hacerse más fuertes y resistentes, de tal manera que los antibióticos dejan de ser útiles para luchar contra ellos. Esto se conoce como "resistencia bacteriana" o "resistencia a los antibióticos". Para combatir las bacterias resistentes se precisan dosis más altas o antibióticos más fuertes, por lo tanto, si una persona se infecta por estas bacterias resistentes, la infección será más difícil de curar.

Debido de al mal uso de los antibióticos, algunas bacterias s´han vuelto resistentes inclús a los antibióticos más potentes que existen en la actualidad. Hemos llegado a un punto que el ritmo al que aparecen bacterias resistentes ya está superando el ritmo de creación de antibióticos potentes de forma que la resistencia a los antibióticos es uno de los problemas de salud pública más preocupantes de todo el mundo. 700.000 personas mueren cada año en el mundo como consecuencia de infecciones por microbios resistentes a los antibióticos. A este ritmo el 2050 habrá más muertos por superbacteris que por cáncer.

Entre estas infecciones encontramos las infecciones por neumococo, que provoca neumonía, otitis, sinusitis y meningitis; las infecciones de la piel por estafilococs resistentes; y la tuberculosis.

Aparte de la resistencia, el abuso de los antibióticos puede traer otros problemas. Los efectos secundarios más comunes son el dolor de estómago y la diarrea, pero también son responsables de alguna reacción alérgica que puede llegar a ser grave.

Los antibióticos matan también las bacterias beneficiosas de la tripa, provocando diarreas y en algunos casos, este desequilibrio de la flora intestinal hace que bacterias nocivas como el Clostridium difficile crezcan excesivamente y den lugar a infecciones graves. Por ejemplo, en los Estados Unidos, 250.000 personas al año presentan infecciones por esta peligrosa bacteria y 14.000 de estas, mueren.

Una falsa creencia bastante generalizada sobre los antibióticos es que "hacen bajar las defensas". Los antibióticos, cuando están muy indicados, trabajan conjuntamente con nuestras defensas para combatir las infecciones bacterianas sin debilitarlas.

Entonces, qué tenemos que hacer cuando nuestro hijo esté enfermo? Tengáis en cuenta los siguientes CONSEJOS:

  1. Sólo tomar antibióticos para tratar infecciones bacterianas.

La mayoría de las infecciones en los niños son causadas por virus. Es buena idea dejar que las infecciones leves y causadas por virus sigan su curso. Cuanto más antibióticos tomamos, es más probable la aparición de resistencias. Deje que sea su pediatra que decida si el que le pasa a su hijo es una enfermedad leve o no, y si precisa antibióticos o no. Si los síntomas empeoran o persisten, vuelva a consultar al pediatra.

  1. Pida consejo y haga preguntas.

Pregunte al pediatra si la enfermedad es vírica o bacteriana, comente con él las ventajas e inconvenientes de los antibióticos. Si se trata d´un virus, pregunte como tratar los síntomas como la congestión nasal o el dolor de garganta. No presione al médico porque le recete antibióticos.

Si tiene dudas sobre la preparación o la administración del antibiótico, pregunte!

La buena comunicación es la clave para desarrollar una buena relación de la familia con el pediatra y tenemos que trabajar conjuntamente en este sentido.

  1. Recuerde:

  • Los antibióticos sólo son eficaces para tratar enfermedades bacterianas.

  • No todos los antibióticos son iguales ni sirven para todo tipos de infecciones, es decir, el antibiótico que se da por una infección de orina quizás no sirve para tratar una neumonía. El pediatra es el responsable de prescribir el antibiótico adecuado en cada situación en caso de que sea necesario. A veces, se toman muestras de la herida, sangre, orina u otros focos para intentar determinar qué bacteria es el causante de la infección y estudiar qué antibiótico es el que el combate mejor.

  • Si se prescribe un antibiótico, s´tiene que dar la dosis, el intervalo y el tiempos prescritos por el pediatra. Hay bacterias que requieren dosis más altas del mismo antibiótico que se usa por otras bacterias que son sensibles a dosis más bajas; hay infecciones que hay que tratarlas durante más tiempo que otros...

  • Si se olvida una dosis, hay que darla tan pronto como sea posible. Los intervalos entre dosis están estudiados porque las bacterias no tengan ninguna posibilidad de sobrevivir y por lo tanto, de generar resistencias. Si nos saltamos dosis o alargamos los intervalos, estamos favoreciendo las resistencias.

  • Dar un antibiótico menos tiempo del prescrito puede hacer que la bacteria responsable de la infección se haga más fuerte y resistente. Darlo más tiempo tampoco ayuda, y además, puede empeorar los efectos secundarios.

  • Los antibióticos no tienen efecto inmediato, habitualmente tardan 24-48 horas al hacer efecto, y por lo tanto, quizás habrá que seguir tratando la fiebre o el dolor con los medicamentos para este fin. Sea paciente!

  • Nunca utilice restos de antibióticos o antibióticos que fueron recetados por otra persona, niño o adulto. Nunca sin prescripción médica, ni siquiera cremas que traigan antibiótico.

  • No es buena idea guardar antibióticos "por la próxima vez". Cuando se acabe el curso completo del tratamiento s´tiene que eliminar el sobrante.

 

  1. Ayude a luchar contra la resistencia a los antibióticos siguiendo estas sencillas medidas para evitar el contagio de infecciones:

  • Fomente l´hábito de lavarse las manos con agua y jabón normal (NO ANTIBACTERIÀ), sobre todo antes de comer, antes y después de curar una herida, después de ir al wáter, toser, estornudar o tocar basura. El uso excesivo de jabones o hielos que traen componentes antibacterians también podría comportar aumento de las resistencias y efectos secundarios indeseables y no ha demostrado ser más eficaz que el lavado con agua y un jabón normal.

  • Asegure´s que su hijo trae al día el calendario vacunal y no permita que vaya a la escuela cuando esté enfermo.

La lucha contra la resistencia antibiòtica es un problema de todos y entre todos lo conseguiremos!

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA:

 

El peligro de abusar de los antibióticos

http://kidshealth.org/es/parents/antibiotic-overuse-esp.html?wt.ac=

Resistencia a los antibióticos

http://www.fda/ForConsumers/ByAudience/Forwomen/FreePublications/ucm126344.htm

Antibióticos: Miedo qué debería preocuparte.

http://espanol.consumerreports.org/content/cre/es/salud/medi..ygenericos/AntibioticosPorQueDeberiasPreocuparte.html/html

EEUU prohibe químicos comunes en jabones antibacterianos.

American Scientific. Monique Brouillete, 15/09/2016.