La educación está de moda

Últimamente los medios y redes sociales centran su temática enla educación. Allá o miramos el uno ocupa la educación, parece que esté de moda...

Es como el fútbol: todo el mundo en habla y todo el mundo parece que entiende.

A lo largo de las últimas décadas, a los docentes se nos ha mareado muchos sobre la educación. Y en consecuencia, a los padres y madres, también.

No pretendo ser negativa, considero que todas las reformas sobre la educación vividas y las nuevas tendencias aparecidas, han procurado dar respuesta a las realidades y a los cambios sociales que se han ido produciendo, aunque a veces el objetivo no se haya conseguido.

Quizás la clave esté al simplificar y hacer que la vida de los docentes sea más sencilla.

Las nuevas tecnologías, las corrientes metodolòdiques innovadoras, el aprendizaje competencial, experimental y significativo han llegado para quedarse.

Los tenemos que dar la bienvenida, porque facilitan las cosas en el aula y abren un montón de estrategias que vale la pena aprovechar.

Pero no nos tendríamos que dejar deslumbrar por el bombardeo mediático de la innovación de la educación, puesto que son más fachada que otra cosa.

No hay que satanizar ni los deberes, ni los exámenes para dar a las apps, las tablets y el mindfullness.

Todo tiene cabida y todo puede ser útil. Las pizarras interactivas pueden convivir con las de tiza de toda la vida, porque todo puede tener su función.

Trabajar por proyectos no tiene por qué querer decir que hay que enterrar los libros de texto.

Cuando trabajamos en grupos cooperativos fomentamos unos hábitos y unos valores indispensables, pero esto no significa que no hayamos de fomentar el trabajo individual y la autonomía personal, porque a la vida es tan importante saber trabajar en grupo, como saber espabilarse por un mismo.

No nos tendría que preocupar tanto parecer modernos a todas horas. Porque combinar cuadernos de papel con libros y licencias digitales es posible.

En definitiva, quizás estaría bien pararnos un poco y reflexionar.

Todo es más sencillo del que parece y probablemente en el equilibrio esté la clave del éxito. Quizás no hay que dar clases con móvil, pero es necesario prohibir siempre su uso en el aula?

Los niños, adolescentes y jóvenes de hoy tienen un entorno muy diferente al de hace unos años.

Quienes traemos décadas dentro de una aula sabemos que los fundamentos de la educación no han cambiado, y el que los hace vibrar, tampoco.

Si arrinconamos las burocracias infinitas, simplificamos y somos capaces de frenar el bombardeo mediático a que estamos sometidos actualmente, quizás encontraremos el equilibrio y la calma que necesitamos.