Inculcar el efecto mariposa a las criaturas

El efecto mariposa tiene su origen a la teoría del caos. Batir de las alas de una mariposa puede provocar un huracán en otra parte del mundo.

Así pues, si sacamos una conclusión muy básica de esta idea, podemos asegurar que pequeñas acciones pueden provocar grandes cambios.

Hoy hablaremos sobre el efecto mariposa que podemos provocar a nuestras vidas cambiante cosas insignificantes con constancia.

Tenemos que poder explicar a nuestros niños y adolescentes que el efecto mariposa existe y que está en sus manos provocarlo.

Así, en función de la edad y del momento evolutivo en el cual se encuentren, podemos enseñarlos a utilizar este efecto para mejorar su vida cotidiana sin depender de los otros.

Cambios de actitud con el efecto mariposa

Cambios y actitudes que podéis inculcar a niños y adolescentes.

  1. Ser especialmente efusius con la persona que los despierta por la mañana.
  2. Evitar quejarnos, ponernos de morros o poner mala cara cuando tenemos que hacer algo que no nos gusta.
  3. Si están a Primaria o a la ESO y a lo largo del día tienen que escribir, pedirlos que lo presenten de la mejor manera.
  4. Si se enfadan con algún compañero en clase o a la hora del patio, procurar no caer en la descalificación.
  5. Al contrario, si es alguien otro quien se enfada con ellos o los provoca con comportamientos ofensivos, no caer en la trampa.
  6. Hay que fomentar en los niños la sinceridad.
  7. Fomentar la amabilidad en los más pequeños.
  8. Los tenemos que acostumbrar que dediquen 15 o 20' al día a practicar aquello que más los cuesta.
  9. También tendrían que conseguir dedicar 15 o 20' al día a aquello que más los relaja.
  10. Hay que enseñarlos a pensar un poco antes de hablar.

En fin... podríamos seguir añadiendo puntos porque hay un montón de cosas insignificantes que los niños pueden hacer para que su día a día sea más plácido.

Dependiendo de qué sean las carències más significativas de vuestros hijos, allá tendréis que incidir especialmente, para mirar de cambiar actitudes concretas. Eso sí, tendréis que ser perseverants, porque no es fácil interiorizar maneras de hacer y de enfocar las cosas.

No se trata que los niños vayan por la vida con un manual de autoayuda bajo el brazo, ni mucho menos.

Se trata que con su actitud sean capaces de propiciar momentos de buen rollo en detrimento de los malos. Por lo tanto, tienen que entender que buena parte del éxito está en sus manos.