La neumonía en bebés y niños

La neumonía se tiene que diagnosticar y tratar cuanto antes mejor, puesto que puede desencadenar un cuadro grave

La neumonía es una infección pulmonar que es provocada eminentemente por la bacteria neumococo o, en determinadas ocasiones por virus. La neumonía se tiene que diagnosticar y tratar cuanto antes mejor, puesto que puede desencadenar un cuadro grave. Aunque la neumonía se manifiesta rápidamente la sintomatología viene por una infección respiratoria cómo constipado. Más tarde se presenta fiebre y mucosidad, tos y dolor al tórax.

A medida que se complica, la neumonía provoca pulso rápido, inapetencia, diarrea, palidez y respiración fatigosa. Cuándo es muy grave puede llegar a faltar el oxígeno y puede provocar que la piel y los labios se pongan morados.

Una vez se diagnostica, el especialista aconsejará tratamiento con antibiótico y que el niño esté en una habitación templada, ventilada y con un poco de humedad. También se recomendará que permanezca en una posición reincorporada y dieta líquida y semilíquida. Si no hay complicaciones, la neumonía se cura en un máximo de quince días.