Cuando ya no es "normal" que los niños tengan miedo?

El miedo es una reacción fisiológica que tiene un componente adaptativo para la especie humana y para cualquier otro especie. Por lo tanto se puede afirmar que los miedos son evolutivos y normales y casi todos los niños las sufren alguna vez.

 Algunas de los miedos más frecuentes y en orden de aparición en función de la edad son:

 - Miedo a los desconocidos.

- Miedo a la oscuridad (fantasmas, monstruos).

- Miedo a algunos animales (perros, gatos).

- Miedo a quedarse solo/a.

- Miedo al dolor físico, a los médicos o a los accidentes. 

- Miedo a la separación de los padres.

- Miedo al fracaso escolar o a no ser aceptado por los compañeros.

- Miedo a la muerte.

 Cuando un miedo se vuelve desadaptativa y no obedece a ninguna causa real de peligro, el que se deriva es un gran sufrimiento tanto del niño como de los padres. A pesar de ser un miedo irreal se puede convertir en un fuerte condicionante para el correcto desarrollo del niño y llegar a alterar algunas situaciones cotidianas como por ejemplo quedarse solo, ir a dormir o ir a la escuela.

Establecer un límite entre el que puede ser un miedo normal y un miedo patológico no resulta sencillo y siempre se encuentra condicionado por la edad del niño/a, por la naturaleza del objeto o de la situación temida, por la intensidad, por la frecuencia, por el sufrimiento y por el grado de incapacitación que representa para el niño/a.

Aún así, en algunos casos los miedos pueden convertirse en patológicas, en fobias o en ansiedad que perduran en el tiempo y que pueden derivar en trastornos que requieren atención psicológica.


El miedo se una reacción fisiológica que tiene un componente adaptativo para la especie humana y para cualquier otra especie. Miedo lo tanto se puede afirmar que los miedos sueño evolutivos y normales y case todos los niños los padecen alguna vez.

Algunos de los miedos más frecuentes y en orden de aparición en función de la edad sueño:

- Miedo a los desconocidos.

- Miedo a la oscuridad (fantasmas, monstruos).

- Miedo a algunos animales (perros, gatos).

- Miedo a quedarse solo/a.

- Miedo al dolor físico, a los médicos o a los accidentas.

- Miedo a la separación de los padres.

- Miedo al fracaso escolar o a no ser aceptado/a miedo los compañeros.

- Miedo a la muerte.

Cuando un miedo se vuelve desadaptativo y no obedece a ninguna causa real de peligro, lo que se deriva se un grande sufrimiento tanto del niño como de los padres. Aunque se trate de un miedo irreal, éste se puede convertir en un fuerte condicionante para el correcto desarrollo del niño y legar a alterar algunas situaciones cotidianas como quedarse solo, ir a dormir o ir a la escuela.

Establecer un límite entre lo que puede ser un miedo normal y un miedo patológico no resulta sencillo y siempre se encuentra condicionado miedo la edad del niño/a, miedo la naturaleza del objeto o de la situación temida, miedo la intensidad, miedo la frecuencia, miedo el sufrimiento y miedo el grado de incapacitación que representa para el niño/a.

Aún así, en algunos casos sí  podemos hablar de miedos patológicos, fobias o ansiedad que perduran en el tiempo y que pueden derivar en trastornos que requieren atención psicológica.

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Marta Pérez Ordóñez

Equipo Goc Sant Cugat - Psicóloga de niños y adolescentes

Col. Núm 19.362